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jueves, 26 de noviembre de 2015

jueves, 11 de septiembre de 2014

Mariposa


Desvelos II.

Anoche de verdad sentí una indescriptible angustia, me invadió la tristeza, entre la oscuridad pensaba: “la tengo que borrar de mi mente” es lo mejor, es inevitable.
Si lo hago, tendré que andar acuestas, cargando la abnegación vestida con tu nombre. Me debo ir de tu vida, la distancia me ayudara. Dolerá pero tiene que acabar esta relación enfermiza. 
Yo te amo tu me deseas.

“Yo miro la profundidad del mar y tu solo la estela”

GARIBALDI

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Desvelos. I

Algo con nombre de mujer se metió entre mis ojos y no los pude pegar en toda la noche, me la pase revolcándome, dando vueltas al asunto, tantas vueltas al asunto como tantas vueltas en la cama… Y me pregunto: ¿Cómo puedes decir que me amas y estar con otra persona? ¡No me amas! Porque cuando se ama a alguien, uno se vuelca como una avalancha sobre esa persona; cuando se ama no se mide, no se calcula, no se razona.
“Comprendo que no me amas, solo quieres sexo"



GARIBALDI

viernes, 29 de agosto de 2014

Un fragmento del Capitulo1. Fuego Negro

Después se inclino y puso ambos codos en el pecho del hombre y le dio un beso en el mentón, se levanto sobre las rodillas y dejo caer por su espalda la blusa acariciando sus hombros, después se bajo del sofá y puso su redondo trasero a la vista

¾    “que calor que calor” – susurro así misma
Se zafo el cinturón, se desabotono y se bajo el pantalón sin doblar las rodillas, el cachetero se estiraba; quiso sacar un pie cuando en su falta de coordinación por el exceso de taninos se atoro, intento conservar el equilibrio pero cayó en el loveseat junto al sillón
Ambos estallaron en carcajadas, Karen pregunto:

¾    ¿Por qué dejamos de hacer esto?
¾    Tu lo dejaste
¾    ¡Estúpida! “Siempre he sido una estúpida arrogante”
¾    No te eches flores
¾    ¡Mendigo!
¾    ¡Mendiga!

Entonces, ella se deslizo del sillón hasta el piso, gateo como un felino, se sentó sobre la duela, entre la mesa de centro y el sofá, puso su mano en la pierna de Alejandro  – tienes razón mi amor, lo merezco, he sido una estúpida – después deslizo su mano hasta la mejilla del hombre en llamas, una caricia, poso sus dedos en los labios, hizo circulitos, cerró los ojos para atrapar la suavidad, le metió el índice  en la boca y acaricio la lengua del impávido joven; saco el dedo húmedo y lo chupo.
Embriagada de emociones, agarro la copa, lleno su boca de vino y se puso de rodillas, jalo tiernamente el rostro del hombre debajo de ella y junto los labios soltando el vino de su propia boca, el bebió dócilmente – para que no te levantes – sonreía acortando distancia
Le dijo – estas completamente loca – mirándola firmemente a los ojos
¾    Tú me tienes así

Se levanto, su piel despedía erotismo, un aroma invisible en el espacio,  el joven metió las manos a sus bolsillos, necesitaba disimular la erección.